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Salud mental

¿Por qué no debemos opinar de los cuerpos de los demás?

Por: Lina María Paula Sánchez

Todos alguna vez hemos hecho algún comentario sobre el cuerpo de alguien más, ya sea de manera directa o indirecta y creyendo que expresando nuestra opinión de manera “bien intencionada” le estamos haciendo un bien a esa persona. Pero pocas veces nos detenemos a pensar en lo que realmente pasa cuando opinamos del cuerpo de los demás.

El hecho de opinar sobre el físico de una persona puede tener repercusiones fuertes sobre su salud mental o su salud física. Aquí explicaremos algunas de las razones por las cuales no debemos opinar sobre el cuerpo de los demás.

 

  1. No han pedido tu opinión

Si esa persona no te ha pedido su opinión sobre cómo se ve, o sobre algo en su cuerpo no tienes por qué opinar. Es así de sencillo. Ese cuerpo tiene dueño y es la única persona que tiene derecho a tener una opinión sobre él.

  1. La regla de los 5 segundos

En un video de TikTok, una usuaria conocida como @Jjones451, habla de “la regla de los 5 segundos” y “no precisamente la de la comida en el piso”. Dice que su madre le enseñó que, si ves algo en una persona y ese algo no puede arreglarse en los próximos 5 segundos, no tienes por qué mencionarlo. Ejemplo: su peso, su talla, su estilo para vestirse, sus estrías, sus dientes, etc. Si es algo como: un pedazo de comida entre los dientes, sus agujetas están desatadas o algo por el estilo, puedes mencionarlo.

  1. Cada cuerpo tiene una historia

Detrás de cada persona, por lo tanto, de cada cuerpo, existe una historia que no conocemos. Puede ser de inseguridades, enfermedades, traumas, o incluso violencia. No sabes si el peso de una persona se vea afectado por una enfermedad o alguna condición. Tampoco si las marcas que tiene en su piel son debido a algún acto de violencia del cual fue víctima en algún momento, o si hablar de su cuerpo conlleva un trauma o un desorden alimenticio. Todo se resume en que no sabes qué repercusiones graves pueda tener el opinar desde una posición en la que no sabes lo que vive o vivió esa persona.

  1. Las redes sociales han “normalizado” el body shaming

Hay personas que se amparan bajo el derecho a la “libertad de expresión” para ejercer el body shaming (burlarse de los cuerpos de los demás) En las redes sociales se normalizan cuerpos que no son reales, cuerpos que han sido manipulados digitalmente para encajar en los estereotipos de belleza que nos impone la sociedad. Y esto lleva a que creamos que los cuerpos “perfectos” son los únicos que deben ser aceptados por la sociedad. Todo esto y más sin tener en cuenta que, por lo general, la opinión que una persona tiene sobre si misma se crea, en gran parte, por lo que dicen los demás y esto no es sano en ningún sentido.

 

Estas cuatro razones deberían ser suficientes para que entendamos que opinar de los cuerpos ajenos no está bien. Recordemos que cada persona es hermosa tal y como es y que no somos nadie para atentar contra la salud mental ni el cuerpo de los demás con opiniones que no nos han pedido y que son peligrosas. No normalicemos aquello que no se debe normalizar, como opinar sobre los demás.