La defensora de la niñez
Jaqueline Peña es una madre empoderada y valiente que se dedica a trabajar por los niños, jóvenes y mujeres de Ciudad Equidad, el barrio más grande de Santa Marta. Ella hace parte del Club de Mujeres de la Fundación Casa en el Árbol (FCA) y su pasión por servir a otros la llevó a crear su propia fundación.
Por Wendy Orozco, miembro del colectivo de Comunicaciones Juveniles Ciudadanitos de la FCA
La “seño Jaque”, como la llaman cariñosamente en su barrio, es una defensora de los derechos de los niños, jóvenes y madres cabeza de familia. A sus 50 años, esta docente está convencida de que la educación es una herramienta para fortalecer los valores de los niños y jóvenes, y promover el aprovechamiento del tiempo libre. Con este propósito, junto a un grupo de profesoras del barrio Ciudad Equidad, creó la Fundación Ciudadanos de Paz (Funcipaz), que en sus inicios comenzó a trabajar con aquellos niños que se encontraban desescolarizados. En la actualidad, lidera un proyecto de aula interactiva, un espacio en donde los estudiantes pueden reforzar sus conocimientos y tener un acompañamiento individual según sus necesidades.
“Queremos impulsar los talentos de los niños y jóvenes, motivarlos a la lectura, a que se expresen libremente, que se involucren en actividades artísticas, rodearlos de amor y acompañar a las mujeres de la comunidad en este camino de ser madres y educadoras, con el fin de crear nuevos ciudadanos de paz”, dice doña Jaque, que además asegura que su pasión por trabajar por los demás la heredó de su madre Aura Rivera Avendaño, quien siempre le inculcó la importancia de servirle a otros.
Jaqueline fue una de las beneficiarias de las viviendas gratuitas otorgadas por el Gobierno Nacional en 2015, que hoy conforman el barrio Ciudad Equidad, a las afueras de Santa Marta, en la vía Minca del Departamento del Magdalena. Es madre soltera y desplazada del conflicto armado y desde 2017 está vinculada con la Fundación Casa en el Árbol, dirigida por Taliana Vargas, en la que su hijo mayor, Omar Contreras, quien antes se dedicaba de manera informal al mototaxismo, ha venido formándose como fotógrafo, oficio del que actualmente vive. “Ha sido muy gratificante ver crecer a mi hijo, que sea reconocido, saber que encontró su vocación en la vida y que es feliz con su proyecto de vida”.
Desde entonces, doña Jaque es una de las principales aliadas de la FCA en las movilizaciones comunitarias que se han venido realizando en el barrio con el apoyo del Programa de Alianzas para la Reconciliación de USAID y ACDI/VOCA, entre las que se encuentran el Mural de la Identidad de 160 metros de largo, realizado por los vecinos del barrio con el apoyo de 12 artistas locales, que recuperó el espacio público de este sector de la ciudad y cuenta las historias de sus habitantes. Además, participa activamente en el Club de Mujeres de la FCA, que busca seguir fortaleciendo a las mujeres del barrio en el camino de ser autónomas, capaces de asumir nuevos retos y con una organización productiva.
Su sueño a largo plazo es crear el centro cultural “Mi arte es la paz”, que estará dedicado a seguir potencializando los talentos de las niñas, niños y jóvenes, y a dar a conocer los emprendimientos de las mujeres. Sabe que vendrán las oportunidades de seguir creciendo y ayudando a más familias, y que muchos serán los aliados que se unirán a su causa.