Ecografías en el embarazo: cuántas, cuándo y para qué
Por: María Isabel Sepúlveda, ginecobstetra Universidad de Antioquia.
Publicado en: mariasepulvedagine.blogspot.com
La ecografía es el instrumento que se utiliza para estudiar y valorar al feto durante el embarazo. Se trata de una técnica diagnóstica basada en los ultrasonidos. ¿Cuántas ecografías son necesarias? ¿Cuándo se realizan? ¿En qué consiste la ecografía 3D?
Al principio de la gestación, la ecografía nos permite asegurar si el feto está vivo (vemos y registramos su actividad cardíaca) y si el embarazo se está dando de manera adecuada o no. Además, sólo mediante la ecografía podemos valorar si se trata de una gestación única o si, por el contrario, es múltiple (sobre todo, gemelos o mellizos que son más frecuentes hoy en día). Por tanto, es la prueba más importante para ver si todo marcha bien después de un test positivo de embarazo, con la que se verifica que este proceso complejo y maravilloso que acaba de iniciarse evoluciona.
Según recomiendan y tienen protocolizado la SEGO (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia) y demás sociedades científicas, deben realizarse, al menos, tres estudios ecográficos durante la gestación.
Ecografía del primer trimestre
La ecografía del primer trimestre debe hacerse entre las 11 y las 13,6 semanas. Se realiza fundamentalmente para estudiar una serie de signos que nos pueden indicar la posible presencia o existencia de una alteración cromosómica, como el Síndrome de Down.
Ecografía del segundo trimestre o ecografía morfológica
La ecografía del segundo trimestre se conoce también como ecografía de la semana 20 o ecografía morfológica. Se realiza entre la semana 18 y la 22 de gestación y va encaminada fundamentalmente al diagnóstico de malformaciones. El feto ya está formado casi por completo y la mayoría de las complicaciones y alteraciones que pueda tener van a ser detectables en esta ecografía. Por eso, es muy importante hacerla detenidamente, siguiendo un orden y una sistemática.
Ecografía del tercer trimestre
En el tercer trimestre, se realiza una ecografía destinada a estudiar la colocación del feto, su peso y su bienestar. Para ello, lo medimos y “pesamos” (mediante una fórmula matemática en la que introducimos sus medidas) y utilizamos el Doppler para asegurarnos de que la función placentaria es adecuada.
Ecografía en 3 Dimensiones
La ecografía 3D/4D nos permite valorar al feto en los tres planos ortogonales del espacio. Podemos capturar un volumen de la parte fetal que queramos estudiar y analizarlo posteriormente introduciéndonos en su interior (cerebro, columna, etc.), o bien investigando su superficie (cara, miembros, etc.). Pero también podemos estudiar el volumen «sobre la marcha», con movimiento, en tiempo real, y a esto nos referimos cuando hablamos de la ecografía 4D.
La ecografía 3D es muy útil a la hora de estudiar la cabeza del feto por dentro y complementa la información que podemos obtener con la ecografía 2D (neurosonograma 2D/3D). Nos ayuda a identificar las vértebras afectadas en las espinas bífidas y nos facilita la comprensión de gran parte de la patología que puede tener el feto. Hoy en día, juega un papel fundamental en el diagnóstico prenatal.
Con la ecografía 4D podemos estudiar la superficie de feto en movimiento. No solo cumple una misión diagnóstica. Al permitirnos analizar sus rasgos, gestos y movimientos, favorece e incrementa la aparición de vínculos psicoafectivos entre los padres hacia su futuro hijo.
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