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El cuidado del Agua en manos de una mujer

Por: Bethsy Perea, docente, licenciada en matemáticas y física de Istmina, Chocó.

El acceso a agua potable es un tema que a veces se da por sentado, para muchos, es solo abrir la llave y beber directo de ella, sin embargo, en Colombia aún existen territorios en donde esto es un futuro lejano. Hasta hace unos pocos meses, esa era la realidad de la comunidad del barrio Santa Genoveva y sus alrededores, en Istmina (Chocó), cuya población es de alrededor de 6.700 personas y de la cual hago parte.

Debido a que no contamos con un acueducto, las familias debían optar por recolectar agua proveniente de aguas lluvia, tratada muchas veces con tratamientos artesanales, comprar bolsas de agua o tomar directo del río; un panorama bastante complejo por donde se le mire.

Sin embargo, en septiembre de 2023 tuvimos la dicha de recibir de la mano del Sistema Coca-Cola (Coca-Cola Colombia y Coca-Cola FEMSA Colombia) y la Fundación Solidaridad por Colombia la primera planta potabilizadora de agua en nuestro Municipio. Una solución que llega a resolver dificultades a más de 6.000 personas de la comunidad, especialmente niños, jóvenes y adolescentes que hacen parte la institución educativa Escuela Normal Superior Nuestra Señora de las Mercedes, donde soy docente.

Para mí es un honor no solo que esta planta esté en la institución a la que le he dedicado más de 9 años de mi vida aportando a la formación de los chicos y chicas que serán el futuro de Istmina, sino también que se me haya conferido el rol de guardiana del agua, aportando en su administración y cuidado.

Para nadie es un secreto que la realidad de la mujer en el Chocó es compleja, por muchos años habíamos estado desdibujadas, pero en la actualidad, esta realidad ha venido cambiando, especialmente cuando se abren oportunidades para nosotras en roles de liderazgo, tanto en el plano familiar como cabeza del hogar, así como en el ámbito privado y público.

Y es que la mujer tiene una capacidad de adaptación increíble, como proveedoras de los hogares, cuidando a la familia, dando más allá del máximo para que todo esté bien. Cuando nos dan una tarea a nosotras, la sacamos adelante, por eso, qué mejor papel para nosotras que protagonistas y guardianas del agua, para que lo que se lleven a la boca nuestros chicos y chicas esté limpio, sin contaminación.

Y es que las personas que tienen acceso a agua de calidad tienen oportunidades para soñar y a aportar al cambio. Nada me llena más de satisfacción que una mujer haga parte de este proyecto tan importante, quien mejor que nosotras para velar que el agua continúe fluyendo en el futuro, por eso le seguiré cumpliendo a Istmina, mi pueblo.

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