¿Por qué es buen negocio para las empresas contratar mujeres?
La equidad de género no es un tema de ‘moda’. De hecho, tener equipos conformados de manera equitativa e inclusiva genera mayor productividad.
Por elempleo.com
Las mujeres todavía no cuentan con un lugar equitativo frente a los hombres en el mercado laboral. Sin embargo, algunas empresas ya empiezan a incorporar políticas para equilibrar su fuerza laboral y generar espacios de inclusión, no solo proporcionando bienestar a su compañía, también crecimiento e innovación.
«Desde Aequales, podemos comprobar el caso de negocio de la equidad de género. Esto es un tema de competitividad y productividad; en nuestros últimos estudios, frente a ciertos indicadores financieros, cuando las empresas cumplen con todas las preguntas que tenemos en el Ranking PAR, que se traducen en un índice, suelen tener un 25% más alto en su rentabilidad sobre activos (ROA) de las que no cumplen; cuando tienen un 30% de mujeres en posiciones de junta directiva y de liderazgo, su ROA aumenta un 13% frente a las que no mujeres en estos cargos», afirmó María Paulina del Castillo, directora comercial para Latinoamérica en Aequales.
La equidad de género no es un tema de ‘moda’, está relacionado con la productividad empresarial
Aequales brinda información y herramientas a otras empresas para que cierren sus brechas de género, a nivel corporativo, a través de distintas acciones, sobre todo, desde la medición y diagnóstico interno de los equipos de trabajo de cada compañía.
En su último informe, realizado en países como Colombia, México y Perú, la marca asevera que «la estrategia de equidad de género alcanza su mayor impacto, sobre el desempeño financiero, cuando la empresa establece las políticas y prácticas adecuadas y, además, garantiza la participación de las mujeres en posiciones de liderazgo».
Por ello, para alcanzar este tipo de beneficios, las empresas pueden empezar por preguntarse «cuántas mujeres y hombres tienen en nómina; cuántas capacitan y cuántas son promovidas a cargos más altos. También deben de analizar los rangos salariales y qué puestos están ocupando las mujeres», explicó del Castillo.
Como efecto positivo, se logra que otras compañías se ‘inspiren’ y empiecen a trabajar en equidad de género e inclusión, apostándole a su valor como marca empleadora.
Todavía falta que muchas empresas generen la conversación
Las empresas pueden empezar a dar ejemplo a todos sus colaboradores y generar así un cambio en sus familias o en otras compañías.
En el Ranking PAR 2020, Aequales cita el Reporte de Brecha Global de Género del Foro Económico Mundial (2020), que indicó que aún existe una brecha de género global promedio de 31.4%. «Esto quiere decir que, si la sociedad continúa el curso actual, alcanzar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres tomará aproximadamente un siglo», se presume.
Asimismo, en la investigación se evidenció que en la región hay un bajo nivel de mujeres en áreas como informática (27.4%) y producción (33.4%) y su participación desproporcionada en áreas como recursos humanos (67%) y comunicaciones (65.6%).
No obstante, el mismo estudio resaltó que las brechas entre hombres y mujeres «parecen cerrarse a medida que se desciende en la escala jerárquica de las organizaciones, incluso se invierte ligeramente en el cuarto nivel con una representación de mujeres del 51.4%».
Algunas de las barreras que enfrentan las mujeres en el mercado laboral son: la falta de flexibilidad; desequilibrio entre licencia de paternidad y maternidad; acoso sexual laboral; procesos de selección con sesgos; falta de políticas de género; lenguaje y comportamiento sexista.
Finalmente, entre las recomendaciones de Aequales para luchar contra estas desigualdades en las empresas, se apunta a fortalecer procesos de selección sin sesgos de género; promover y capacitar a mujeres en áreas de tecnología, ciencia e ingeniería; reconocer los logros de las mujeres y tenerlas como referentes para nuevas generaciones. Igualmente, es muy importante el rol de los centros de educación superior y los programas de mentoría, desde donde se puede empezar a ‘cambiar el chip’.