¿Por qué las mujeres importan?
La inequidad de género no es un asunto que afecta únicamente a las mujeres vulnerables.
Por: Catalina Escobar | Publicado el 24 de febrero de 2016 en El Tiempo
El activismo mediático y en redes sociales sobre temáticas de género y desarrollo ha tomado mucha fuerza en los últimos años. Cada vez más se publica una enorme evidencia sobre las mujeres y el impacto sobre la economía global, la correlación directa entre la escolaridad de las niñas y su efecto en la productividad de las naciones. Como nunca antes, las mujeres han alzado la voz y han logrado movilizar a la opinión pública en torno a temas críticos que les atañen directamente a ellas.
Son muchas las columnas de opinión, los artículos, los reportajes e incluso las campañas en redes, como Twitter, Facebook y YouTube, que hacen referencia a la importancia que tiene la equidad de género en el empoderamiento de las mujeres y su efecto en el desarrollo social.
En estas campañas existen una ventaja y una desventaja. La ventaja es que visibilizan, generan conciencia e informan sobre temas como la violencia sexual, la trata de personas, la impunidad, la inequidad de género y el embarazo en adolescentes. La desventaja es que pocos actúan; nos conformamos con dar un ‘like’ un ‘retuit’ o comentar artículos sin profundizar. Ahí no estamos realmente haciendo nada por mejorar la condición de las mujeres y niñas del mundo, sobre todo de las más vulnerables.
Para poder dar resultados eficaces a la problemática de género hay que trabajar conociendo y entendiendo su verdadera realidad y los retos que enfrentan a diario. Llevo varios años estudiando y observando desde La Juanfe, la fundación que presido, las trampas de pobreza a las que se enfrentan nuestras niñas y adolescentes más vulnerables y cómo, cuándo se les empodera a través de la educación, la inclusión y reorientación de proyecto de vida, logran romper los ciclos de pobreza, para avanzar de manera definitiva hacia el desarrollo social sostenible.
La evidencia global enseña que invertir en la educación y el empoderamiento de mujeres y niñas no solamente es lo correcto, sino también la forma más inteligente de avanzar como naciones sostenibles.
Soy una defensora absoluta del poder transformador de la educación, pero, sobre todo, de la calidad de la educación. El embarazo adolescente, la mortalidad infantil y los matrimonios infantiles disminuyen en un porcentaje elevado cuando una niña estudia y se capacita. La evidencia global enseña que invertir en la educación y el empoderamiento de mujeres y niñas no solamente es lo correcto, sino también la forma más inteligente de avanzar como naciones sostenibles. Las mujeres y niñas alrededor del mundo necesitan hoy más que nunca de avances en su desarrollo político, social y económico.
Los esfuerzos para alcanzar una verdadera equidad de género deben desarrollarse desde todos los campos, pues aún siguen existiendo importantes brechas entre hombres y mujeres a nivel mundial. La inequidad de género no es un asunto que afecta únicamente a las mujeres vulnerables, es una problemática presente en todos los niveles sociales. Cuántas veces no hemos observado propagandas de grandes marcas que convierten a la mujer en un objeto con la utilidad de deleitar a los hombres. Esto es una forma de violencia simbólica que nos afecta directamente. Esto es solo un ejemplo de muchos, para ilustrar que la inequidad de género es un problema que atañe a todos y todas independientemente del nivel social, y que debe ser abarcado desde múltiples campos; desde el terreno abogando por el acceso a la educación, a servicios de salud, hasta esferas más elevadas que buscan influir en la formulación de políticas públicas más equitativas.
Aprovecho este espacio para invitarlos este jueves 25 de febrero, en el club El Nogal, en Bogotá, a que nos acompañen al tercer foro ‘Women Working for the World’, en el que líderes nacionales e internacionales de gran importancia responderán desde sus campos de conocimiento la pregunta ¿por qué las mujeres importan?
Catalina Escobar
Presidenta de la Fundación Juan Felipe Gómez Escobar