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BLOG NG&SG – La mujer que impulsó a la fama al artista de los girasoles

BLOG NG&SG – La mujer que impulsó a la fama al artista de los girasoles

Por:

Nadia García – Publicista

Sandra Gómez – Arquitecta

 

Johanna van Gogh Borgen: feminista nacida en Ámsterdam en el año 1862. También, una de las primeras personas en entender que arte y vida pueden ser lo mismo.

 

El camino que tuvo que recorrer para descubrirlo no fue fácil.

BLOG NG&SG – La mujer que impulsó a la fama al artista de los girasoles

El día en que Johanna se casó con Theo fue muy afortunado. Si ella no se hubiera decidido por el hermano del famoso pintor, el mundo no habría conocido la maravillosa obra de uno de los artistas más excitantes y relevantes del siglo XIX: Vincent van Gogh.

 

La historia comenzó en el año 1989, poco antes del matrimonio de Jo y Theo. Ella era profesora de inglés en un internado para niñas en Utrecht, Holanda, que interpretaba el piano de una manera prodigiosa y sentía que las mujeres debían desempeñar un papel importante en el mundo. Él, un comerciante de arte, enamorado desde el segundo día de conocerla, le pidió insistentemente matrimonio, pero fue rechazado una y otra vez, pues en los planes de vida de Jo esa posibilidad no figuraba. Theo no se rindió: con el propósito de lograr un “sí”, la sedujo abriéndole las puertas al universo del arte, apasionándola con historias sobre el genio y el talento de su hermano Vincent y, finalmente, le prometió una vida excitante en la ciudad más romántica de la época, ¡París! Jo aceptó. Nueve meses después, y mientras disfrutaba de estar empapada del mundo del arte en esa magnífica ciudad, nació su primer y único hijo, Vincent Willem…

 

El matrimonio duró solo 22 meses. Theo enfermó de sífilis y murió seis meses después de que su querido hermano, Vincent, se quitara la vida.

 

La ahora viuda decidió mudarse a un pequeño pueblo en Holanda en busca de una vida más serena para administrar una casa de huéspedes y criar a su hijo. Se llevó con ella muchísimas pinturas de Vincent y las cartas que los hermanos intercambiaron durante varios años. Empezó a leer la correspondencia para recordar a Theo… y quedó absolutamente cautivada con las cartas de su hermano. En ellas, Vincent iba revelando su vida, confesando sus secretos más íntimos (algo totalmente inusual para la época) y detallando la forma en la que trabajaba. El artista especificaba con lujo de detalles refiriéndose a los temas, el ambiente, el clima, los colores, algunas acompañadas de los bosquejos de sus pinturas.

 

Jo, que quedó cautivada con las palabras y el arte de ese misterioso personaje, decidió editar y publicar un libro sobre la correspondencia entre los dos hermanos con la segunda intención de promover exposiciones de las pinturas de Vincent. Ella veía la obra de su cuñado desde un ángulo femenino, se había sensibilizado con las descripciones de sufrimiento y angustia que el artista transmitía en sus cartas y había entendido que la pintura de van Gogh era una traducción de sus emociones y sentimientos al lenguaje del arte. Vincent se había adelantado a su tiempo.

 

Inicialmente, los críticos se resistieron a mirar la vida y obra del holandés como una sola. En esa época, la obra de los artistas se veía como un trabajo independiente a la vida personal, no era considerado profesional vincular vida y obra. Eventualmente, la fresca mirada de Jo prosperó y los críticos de arte empezaron a entender el modernismo de van Gogh.

 

Por la creciente popularidad de Vincent, y con la ventaja de hablar fluidamente en inglés, francés y alemán, Jo promovió exhibiciones en algunos países de Europa. Con el paso del tiempo, las exposiciones se fueron multiplicando y esparciendo a muchísimas ciudades del continente europeo: la obra de Vincent fue ganando más y más fama.

 

En su andar, Jo fue aprendiendo a utilizar los trucos de un buen comerciante de arte, los que consistían en guardar las mejores obras para poder exponerlas en cada una de las muestras que iba organizando, de manera que el público se fuera sensibilizando con el artista vanguardista. Poco a poco, los “Vincent” iban haciendo parte de las grandes colecciones de los fanáticos del arte. Finalmente, en 1915 Johanna se mudó a New York y tradujo las cartas al inglés, las publicó en un libro y organizó exposiciones para asegurarse de que también los americanos pudieran conocer la obra del artista.

 

Gracias a la profunda investigación llevada a cabo por el historiador de arte holandés Hans Luijten, que culminó en un libro titulado “La vida de Jo van Gogh-Bonger” y publicado en 2019, hoy es incuestionable la importancia de Johanna Borgen van Gogh en la compresión, difusión y popularización de la obra del gran artista del siglo XIX, Vincent van Gogh.

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