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Protección y bienestar financiero para mujeres en Colombia

Mujeres y pensiones: un cambio necesario hacia la equidad

Por: Juan Pablo Espinosa, vicepresidente de Riesgo de Protección

Protección y bienestar financiero para mujeres en Colombia

El mercado laboral ha sido, históricamente, un terreno lleno de desafíos para las mujeres en Colombia. A pesar de los avances, la reciente reforma pensional es un recordatorio de que aún queda un largo camino por recorrer para lograr la igualdad de género en este ámbito. Aunque la nueva ley representa un avance significativo, es fundamental no perder de vista las brechas que persisten y la necesidad de trabajar en un enfoque integral.

 

Las cifras son reveladoras: según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la tasa de participación femenina en el mercado laboral es del 51%, en comparación con el 75% de los hombres. Esta disparidad se agrava con una brecha salarial del 13%, que se amplía al 40% en el caso de mujeres sin educación formal. Además, el tiempo que dedican a las tareas del hogar (21 horas a la semana frente a solo 8 horas de los hombres) y las interrupciones laborales debido a responsabilidades de cuidado, limitan aún más sus oportunidades.

 

Estas condiciones han llevado a que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) estime que las mujeres colombianas tienen un 37% menos de probabilidades de pensionarse que los hombres. Solo el 12,1% de las mujeres en edad de jubilación recibe una pensión, frente al 22,5% de los hombres. Esta situación es aún más crítica en áreas rurales, donde las desigualdades son más acentuadas.

 

La reciente reforma pensional aborda parcialmente estas desigualdades. La Corte Constitucional había instado a reducir el requisito de semanas cotizadas de 1.300 a 1.000, un cambio positivo que reconoce las dificultades que enfrentan las mujeres. Además, las mujeres pueden reducir su carga de semanas en 50 por cada hijo, lo que podría permitirles pensionarse con tan solo 850 semanas cotizadas. Sin embargo, estas medidas no son suficientes por sí solas.

 

Uno de los principales riesgos que persisten es que la reducción de semanas cotizadas podría resultar en menores tasas de reemplazo para las mujeres y, por lo tanto, una pensión menor. Esto puede llevar a una dependencia económica más alta de familiares o del estado, lo que agrava su vulnerabilidad. El cambio debe ir más allá de la reforma. Necesitamos transformar los vínculos laborales, permitiendo que las mujeres mantengan sus empleos y contribuciones a la seguridad social más allá de los 57 años, el límite actual. Así, podrían aprovechar mejor sus trayectorias profesionales y acumular mayores aportes.

 

Asimismo, es imperativo cerrar la brecha salarial y eliminar los techos de cristal que limitan el acceso de las mujeres a posiciones de liderazgo y compensaciones justas. Reconocer el trabajo no remunerado de las mujeres en el hogar y en la economía del cuidado es esencial para equilibrar las desventajas en su vida laboral. Solo con este tipo de acciones se podrían equilibrar las profundas desventajas que afronta el género femenino en el retiro. De la misma forma, las alternativas antes planteadas deberían estas acompañadas de incentivos para que las mujeres construyan un ahorro que se convierta en un complemento de valor para su pensión.

 

La reforma pensional ha abierto la puerta a un cambio necesario, pero solo será efectiva si se acompaña de políticas que realmente promuevan la igualdad de género en el trabajo y en la vida. Las mujeres merecen un futuro financiero seguro y digno. Es responsabilidad de todos, desde el gobierno hasta el sector privado, trabajar juntos para cerrar esta brecha y construir un sistema más equitativo. Solo así podremos asegurar que las mujeres colombianas disfruten de una jubilación que refleje sus contribuciones y esfuerzos.

 

Conscientes de este reto, desde Protección reiteramos nuestro compromiso de ser el aliado de las mujeres en la consecución de su bienestar financiero. Para ello, queremos contribuir a promover un entorno inclusivo que facilite su conexión al mercado laboral, así como apoyar sus emprendimientos y aportar a la disminución de su brecha pensional a través de variadas posibilidades de ahorro orientado a este fin. Nuestro conocimiento y experiencia del sistema pensional, nuestra conciencia sobre los enormes desafíos que experimentan y nuestra disposición para afrontarlos, nos hace ver futuro de las mujeres colombianas con optimismo.