Top

Blog

Empoderamiento y liderazgo femenino para cerrar brechas sociales y económicas.

Empoderamiento Femenino: Clave para la Transformación Social y Económica

 Por: Ángela Garzón, Vicepresidente de articulación publico privada de la Cámara de Comercio de Bogotá. 

Empoderamiento y liderazgo femenino para cerrar brechas sociales y económicas.

Me siento muy orgullosa de ser una mujer. Las mujeres somos recursivas, inteligentes, fuertes, sensibles a las necesidades de los demás y tenemos muchas cualidades más.
Sin embargo aún nos falta darnos cuenta del gran valor que tenemos y de lo capaces que somos para liderar la transformación de la sociedad en la que vivimos, y lograr cerrar numerosas brechas que hacen que las mujeres ejerzan menos roles de liderazgo tanto a nivel económico, como político y social.

 

Según ONU Mujeres, el ingreso de las mujeres al mercado laboral es 10 puntos porcentuales menor al de los hombres, la brecha salarial es del 20% y muy pocas ocupan cargos directivos, tanto en la empresa privada como en el sector público. Así mismo, según el Social Institutions and Gender Index OECD 2023, el 16% de las mujeres del mundo viven en países donde la violencia doméstica no está tipificada como delito, el 13% de las niñas del mundo se casan antes de los 18 años y las mujeres sólo representan el 27% de los miembros de los parlamentos en el mundo.

 

El Fondo Económico Mundial, en el Global Gender Gap Report 2023, estima que se necesitarán 131 años para eliminar las desigualdades de género en el mundo. En 2020, se estimaba que se necesitarían 99.5 años, la pandemia del Covid-19 retrasó el logro de la igualdad a una generación más.

 

Adicionalmente, según datos de la Organización Internacional del Trabajo, aunque en 2022 las mujeres representaban el 50% de la población mundial en edad de trabajar, sólo el 40% del total están activas y sólo el 27% ocupan puestos directivos. A nivel mundial, el 22% de las mujeres en edad de trabajar realizan cuidados no remunerados a tiempo completo, frente al 1,5% de los hombres en edad de trabajar.

 

En Colombia, un estudio realizado en 2023 por la Cámara de Comercio de Bogotá, reveló que del total de personas en juntas directivas, 40,8% son mujeres y 58,9% son hombres, y que cuando una mujer es quien dirige la empresa, el porcentaje de mujeres en la junta directiva de la misma es del 53,2%, pero si es un hombre el que la dirige este porcentaje baja al 32,9%.

 

Además, este estudio reveló otras barreras para las mujeres en el mercado laboral: I) al 58,2 % de las mujeres les han pedido o aplicado pruebas de embarazo; II) al 73,1% les han preguntado si tienen hijos o planes para tenerlos, mientras que esto le pasa sólo al 64 % de los hombres; III) al 33 % les han preguntado si las actividades de cuidado serán impedimento para su desempeño laboral, mientras que esto le pasa sólo al 19,1 % de los hombres; y IV) el 28,55 % de las mujeres considera que las actividades de cuidado son impedimento para progresar en la vida laboral, cuando sólo el 13,6 % de los hombres considera esto.

 

Todas estas cifras mencionadas anteriormente, evidencian que existen barreras significativas que limitan la participación plena de las mujeres. Estas barreras incluyen la desigualdad en el acceso a recursos, la falta de oportunidades de formación y desarrollo profesional, y la discriminación de género, especialmente en el entorno laboral. Es por ello que resulta esencial crear un entorno que fomente la inclusión y promueva el liderazgo de las mujeres en todos los sectores.

 

Trabajar por el empoderamiento de las mujeres, y la posibilidad de que asuman roles de liderazgo, es la clave para lograr una transformación real de la sociedad en la que vivimos. Una mujer empoderada reivindica sus derechos, toma las riendas de su vida y decide por sí misma. No se deja discriminar por su condición y tampoco permite que la maltraten física o sicológicamente. Una mujer empoderada rompe el silencio y alza su voz para denunciar a los abusadores ante las autoridades y ante la sociedad, para que no la sigan maltratando, ni a ella ni a otras mujeres. Una mujer empoderada se convierte en una líder que jalona procesos de crecimiento y transformación.

 

Es ampliamente reconocido que la inclusión laboral de las mujeres tiene un efecto multiplicador en la economía. Cuando las mujeres acceden a empleos dignos y participan activamente en el mercado laboral, se genera un crecimiento económico más equitativo y se fortalece el tejido social. Las mujeres aportan perspectivas únicas y habilidades valiosas que, al integrarse en el mundo laboral y empresarial, contribuyen a la innovación, la productividad y la sostenibilidad de las empresas y comunidades.

Y esto es aún más poderoso si las mujeres se unen en redes o ecosistemas en los que se complementan y se apoyan mutuamente. Se ha demostrado a través de la historia, que se han producido grandes cambios cuando las mujeres han logrado unirse por causas comunes, creando plataformas de opinión y de acción que llevan a transformaciones de las estructuras tradicionales.

 

Pero esto no se logra de un día para otro, es necesario que se trabaje en educar y formar a las mujeres, e incluso a los hombres, para que puedan reconocer y potencializar sus capacidades y aprendan a respetarse y valorarse unos a otros.

Empoderar a la mujer es uno de los caminos más importantes para transformar las comunidades y las sociedades. Es importante persistir en enseñar a las mujeres que no tienen límites y pueden llegar a ser cualquier cosa que sueñen ser, sin estereotipos o limitaciones.

 

Y es importante señalar que no sólo se requiere un empoderamiento económico, sino también el hacer consciencia que sin importar su labor son valiosas por el sólo hecho de ser. El empoderamiento incluye equidad y el reconocimiento a su labor, incluso si ésta se realiza en casa en las labores del hogar, cuidando a los mayores o apoyando a los menores en su crianza.

 

Las Naciones Unidas, especialmente en los Informes de Desarrollo Humano, ha destacado que la participación femenina en distintas esferas es un aspecto fundamental para lograr reducir brechas. Y hace una claridad esencial en cuanto a lo que se denomina igualdad de género y lo que sería la equidad. Igualdad es solamente el que haya un mismo número de ambos géneros, mientras que la equidad habla de las relaciones de respeto e igualdad en el acceso a oportunidades entre hombres y mujeres y es algo mucho más profundo.

 

Por eso, el trabajo que se realice debe buscar objetivos que vayan más allá de la igualdad para buscar una verdadera equidad, y esto empieza por reconocer que deben potenciarse los roles de liderazgo de las mujeres.

 

Además de trabajar en escenarios de liderazgo, se deben tener programas que aseguren el acceso a la educación, la participación  y el empoderamiento económico de las mujeres, lo que se puede lograr a través del acompañamiento y mentoría para la creación y operación de empresas y líneas de financiación específica, motivación y estímulos a los empresarios que prioricen la contratación de mujeres en sus empresas y la contratación como proveedores de empresas lideradas o con un porcentaje significativo de mujeres en su nómina.

Teniendo en cuenta la importancia de fomentar ese liderazgo y hacerlo con acciones concretas, la Cámara de Comercio de Bogotá ha impulsado la creación de una red de mujeres emprendedoras y empresarias que se denomina “Cree en ti”. Esta red no solo es una iniciativa estratégica, sino que también se fundamenta en la Ley colombiana Creo En Ti – Ley 2125, que existe desde el año 2021. Esta legislación establece incentivos para la creación, formalización y fortalecimiento de micro, pequeñas y medianas empresas lideradas por mujeres. Además, la ley insta a las Cámaras de Comercio, junto con otros actores del sector público y privado, a formular e implementar políticas públicas que fomenten el emprendimiento liderado por mujeres y a crear redes que faciliten su participación activa en el ecosistema empresarial.

Con esta Red, la Cámara de Comercio de Bogotá logra:

  • Facilitar el empoderamiento económico de las mujeres, brindándoles herramientas y recursos para desarrollar y hacer crecer sus negocios.
  • Fomentar la creación de conexiones sólidas entre mujeres empresarias y emprendedoras para promover el intercambio de experiencias y oportunidades.
  • Ofrecer programas de formación y desarrollo profesional que aborden las necesidades específicas de las mujeres en el ámbito empresarial, incluyendo habilidades técnicas y habilidades blandas.
  • Conectarlas con la oferta institucional y de aliados y rutas especializadas que potencien sus negocios.
  • Impulsar la diversidad e inclusión en el mundo empresarial, asegurando que la red sea representativa de la pluralidad de sectores, regiones y perfiles.
  • Trabajar para mejorar el acceso de las mujeres a oportunidades de financiamiento para el desarrollo y crecimiento de sus negocios.

 

 

Es importante tener en cuenta que fomentar y apoyar la creación de estas redes y ecosistemas de mujeres debe ser un compromiso que tengamos siempre, sin importar el lugar en el que nos encontremos. Mucho se habla de sororidad pero todavía falta mucho para verla reflejada constantemente. Las mujeres podemos lograr lo que nos proponemos, mucho más si estamos unidas y convencidas que sumando experiencias, recursos, capacidades y oportunidades llegamos más lejos. Depende de todas nosotras seguir abriendo caminos, como ya los abrieron mujeres como Ada Lovelace (primera programadora de ordenadores), Marie Curie (precursora de las mujeres en las carreras STEM), Rosa Parks (activista contra la segregación), Emmeline Pankhurst (precursora del voto femenino), entre tantas otras que muchas veces han sido borradas de la historia.